Cuando una persona se enfrenta por primera vez a un sitio, a un objeto o a una comunidad, necesita ser guiado y recurrir a pistas gráficas que le indiquen como recorrer, interactuar y/o realizar las acciones que se desarrollan allí. Con el fuerte auge que están cobrando los nuevos espacios de interacción humana, basados en la apropiación de entornos virtuales que no necesariamente son los modelados en tres dimensiones sino los que utilizan el mayor número posible de tecnología de punta para hacer que el usuario cumpla sus metas – diversión, educación, exploración, salud, entre otras -, las opciones de recorridos e interacción se hacen mucho más amplias.
La elaboración de este tipo de entornos es un trabajo arduo para muchas personas, conocer las funciones de dichos desarrolladores es una tarea que hoy es difícil de resolver, debido a la multidisciplinariedad de estos grupos y además porque profesionales como los diseñadores visuales han añadido a su campo conceptual algunos elementos de electrónica y robótica por ejemplo.
Estos grupos se han formado de manera sistémica, de tal suerte que cada integrante se encarga de una parte de ese todo que conforma el entorno. El Diseñador Visual tiene responsabilidades especiales en este tipo de proyectos, pues no sólo se dedica a generar la parte visual o de interfaces para los mundos u objetos realizados, sino que también se encarga de propiciar métodos de interacción y navegación útiles donde el usuario acceda fácilmente a la información dispuesta, es decir, además de la tarea de hacer ver bien los objetos hace que estos posean sistemas de lectura adecuados para extraer datos que seguramente generarán algún tipo de conocimiento aplicable a cualquier esfera de la vida cotidiana.
En cuanto a la parte visual desarrollada por el diseñador deben estar presentes estructuras que le permitan al usuario distinguir las funciones de cada objeto incluido en el entorno, la configuración que se dé a la parte visual tendrá igual de importancia al planteamiento de esas estructuras de navegación, de interacción, de retroalimentación que como es bien sabido forman parte de la usabilidad de un producto.
Ya conocidas las tareas del diseñador visual en la estructuración de entornos virtuales se puede decir entonces que la competencias del Diseñador lo colocan como un fuerte líder en esos equipos interdisciplinarios, donde sus funciones mutan simplemente de los grafismos y lo colocan como diseñador de interacción y de experiencias, que es a lo que apuntan las nuevas tendencias del diseño en donde más que el producto se trabaja en “el servicio” que se presta en un proyecto determinado.
¿Pero qué hace de especial el trabajo del diseñador?, como administrador de información, el diseñador visual tiene la posibilidad y además la tarea de reconocer las condicionantes de cada proyecto – público, tecnología propicia, soporte adecuado -, por ello es dicho profesional quién solo se centra en la producción de ese entorno, sino que entiende la manera como el usuario se introduciría allí, es capaz de prever las múltiples relaciones que se darán en esos nuevos espacios de interacción y sabrá como afrontar cualquier anomalía en lo que se refiere a posibles problemas de entendimiento y relación hombre-máquina siempre mediado por interfaces de software o interfaces de hardware o físicas, que en definitiva, son la materia prima del diseñador.
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